16 de noviembre de 2007

El Renacimiento Aleman en el Thyssen

El Museo Thyssen-Bornemisza inauguró hace un mes la exposición "Durero-Cranach: Arte y Humanismo en la Alemania del Renacimiento". La muestra que visitaré en unos días, revela la complejidad de la introducción del Renacimiento en el norte de Europa, a través de dos personajes fundamentales en este proceso, pero que no tuvieron relación artística entre ellos, Alberto Durero (1471-1528) y Lucas Cranach (1472-1553).


La muestra se compone de 234 obras(pinturas, dibujos, estampas, orfebrería, diseños, armaduras), entre las cuales 16 pinturas pertenecen a Durero y 26 a Cranach. La mayoría de las obras proceden de instituciones públicas y colecciones particulares de 15 países. La exposición ha sido comisariada por el ex director del Museo del Prado Fernando Checa y por Mar Barovia, jefa del área de pintura antigua del Museo Thyssen, que celebra el decimoquinto aniversario de su apertura. Es la primera vez que llega a nuestro país una exposición que analiza el Renacimiento alemán de manera global, tanto en sus manifestaciones artísticas como en los cambios políticos y religiosos ocurridos en torno a la Reforma de Lutero y al nacimiento de los grandes imperios transnacionales. La forma de ver y reflejar todos estos acontecimientos sirve de pretexto para mostrar las diferentes formas de afrontar el momento por Durero y Cranach. Mientras que el primero es el gran teórico del Renacimiento alemán, el Leonardo del norte de Europa, partidario de mostrar la realidad de una manera medida y controlada, el segundo, Cranach, opta por representaciones dramáticas y recargadas. La exposición está dividida en dos partes, con 13 capítulos. En la Fundación Thyssen está la parte dedicada a los artistas y su mundo. Aquí se recogen obras en las que se muestran las preocupaciones más personales de los artistas. Se reúnen obras que hablan del entorno de los propios artistas, de su imagen sobre la religión (impresionante la sala dedicada a las Madonnas), sus ambiciones estéticas o el uso de nuevos recursos técnicos, como la imprenta. Para las salas de la Fundación Caja Madrid, los comisarios han optado por un discurso narrativo vinculado a la religión, a la política y a la guerra.

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